Categoría: Opinión

El tren ya paso; ahora solo queda correrlo desde atrás.

Pablo Kornblum para Ámbito Financiero, 13-10-2020

https://www.ambito.com/opiniones/argentina/el-tren-ya-paso-ahora-solo-queda-correrlo-atras-n5139767

Algunos hasta se atrevieron a pensar en una “tercera vía” hacia un socialismo post-pandemia. Sin embargo, ya vimos – y debemos entender – que al capitalismo de la competencia salvaje, la acumulación desmedida y el individualismo narcisista, no lo mata ni un virus, ni una guerra, ni nada. Las revueltas presentes para con la mejora de la calidad de vida de las mayorías son siempre marginales; de los cambios revolucionarios, aquellos tan temidos o esperanzadores tal cual los conocimos en el Siglo XX, se pasó a un sistema de grietas que se limitan a quitar y poner marionetas manejadas por las elites globales, las cuales se encuentran a la cabeza de una lógica sistémica que no detiene su marcha.

Hemos aprendido que vivimos en el mejor mundo posible. La palabra libertad, entremezclada con confusa suficiencia cuando se la asocia a la economía o los derechos humanos (salvo cuando aparece el COVID-19 y se necesita con urgencia de la asistencia del Estado), se conjuga con el miedo a volver a la fallida utopía socialista. Solo persiste una idea que, lejos de servir para avanzar hacia un sistema superador, proviene de la mano de un miedo centrípeto, circunscripto por la conectividad virtual que nos permite observar el planeta en la soledad de nuestro dispositivo móvil, con el mero objetivo de buscar socios que avalen las ideas y los deseos propios. Lejos, cada vez más lejos, de generar un cambio sistémico. Ni siquiera estructural.

Bajo la dinámica descripta, a nuestra Argentina como un todo solo le quedaría alinearse, tanto en términos económicos como políticos. Cierta autonomía ideológica y financiera para con el mundo es ahora inviable; hubiera requerido décadas de solidez institucional, crecimiento económico, transparencia jurídica. Bajos niveles de corrupción y alta eficacia que generen respeto, ya sea en términos endógenos como para con el mundo. Porque mientras el resto del mundo avanza, nosotros continuamos luchando contra nuestros propios demonios.

Comencemos observando al viejo continente. Aunque las economías de los 27 Estados miembros de la Unión Europea (UE) se contrajeron un 15% promedio durante el segundo trimestre de 2020 en comparación con el mismo periodo de 2019, la proyección de decrecimiento para este año se modera hasta el -8%, con expectativas de crecimiento del +5% en 2021 y del +3,2% en 2022. Para generar este proceso de recuperación, el Banco Central Europeo decidió dejar inalteradas las tasas de interés en el mínimo histórico del 0%, como así también ha mantenido los estímulos monetarios comprando bonos de la deuda pública y ayudando a la generación de un Fondo Comunitario Europeo de 750.000 millones euros para sacar adelante a cada uno de los países miembros. Por supuesto, a diferencia de lo que vemos en nuestras latitudes, tienen un plan para con el repago de los préstamos: nuevos tributos comunitarios, impuestos a los productos plásticos tóxicos y a las emisiones de carbono, o mismo  gravámenes a los oligopolios digitales. Un esquema totalmente intra sistémico. Un keynesianismo de manual que no cambia ninguna lógica preexistente.

Tampoco la pandemia disminuyó el alto nivel de competitividad que se requiere en la arena internacional. La UE le pidió recientemente a China un vínculo económico “más equilibrada, con mayor igualdad de oportunidades”, tanto en términos comerciales como en relación a las inversiones. Pueden sentarse tranquilos a esperar la respuesta: China no solo se siente cómoda con su programática política económica global detallada con firmeza en cada uno de sus planes quinquenales presentados en las últimas décadas; sino que, sin necesidad de limpiar las culpas morales racionales de cualquier democracia occidental por la expansión del virus, ha reactivado su “socialismo de mercado” a una velocidad a la que solo ellos lo pueden hacer. Los números hablan por sí solos: solo para citar dos variables de relevancia, el mes de agosto pasado las ventas minoristas y la producción industrial crecieron 0,5% y 5,6% interanual respectivamente, previendo una aceleración del PBI para el último trimestre del año.

En el otro polo de la gran disputa capitalista por el poder global, los Estados Unidos de Norteamérica se encuentra hoy en medio de una elección que se dirime entre dos candidatos del, cuando no, establishment de Washington y sus satélites de lobistas corporativos. Con un Donald Trump que comenzó su mandato jugando a la política de la seducción y terminó en la arena de la confrontación, pero que en ningún momento desestimó al dios mercado como el hacedor del sueño americano. Su rival, Joe Biden, es un candidato más que moderado; como diría el colega internacionalista Patricio Talavera, el erigido por los demócratas ha sido seleccionado “con los mismos criterios que se aprueba a un yerno”. Igualmente, sea cual fuera el resultado de la contienda electoral, la recuperación económica que se ha estado vislumbrado en el último trimestre se potenciará con un shock de expectativas positivas que posibilitará alcanzar, al menos en el corto plazo, una nueva normalidad económica. Que aunque podría ser distinta en términos productivos, comerciales y financieros a las condiciones pre-pandémicas, lejos estará de ser revolucionaria.

Siendo los actores estatales descriptos nuestros principales socios comerciales y financieros – excluyendo Brasil -, la relación con ellos se torna vital. Por un lado, el acuerdo entre el Mercosur y la UE languidece por, teóricamente, las críticas recibidas en nuestro continente por ser responsables de causar un peligroso daño medio ambiental: ello incluye específicamente la afectación de la biodiversidad y el cambio climático,  derivado especialmente de la desforestación y los incendios del amazonas, la explotación minera y energética, la contaminación acuífera, como así también el uso de sustancias químicas indebidas para con la producción agrícola.

Aunque los socialdemócratas, verdes y afines en el viejo continente hayan calificado el Stand-By en las negociaciones como “un gran triunfo para los consumidores, el medioambiente, la protección de los animales y los derechos humanos”, la realidad es que vastos sectores económicos europeos ligados a la agroindustria quedarían sepultados con el acuerdo. Y una gran parte de ellos no solo garantizan el pacto social de gobernanza en cada una de las naciones; sino que además son parte del entramado económico y productivo enraizado en las diversas culturas nacionales de la unión. Olvidémonos entonces de la ejecución de un tratado probablemente muy beneficioso para el sector primario de nuestras latitudes: las mastodónticas subvenciones que reciben los productores en el marco de la Política Agrícola Común de la Unión Europea, continuaran in eternum.

Por su parte, los Estados Unidos no solo subvencionan su producción agrícola en contra de nuestros intereses; ello no sería nada si no fuera que en el último medio siglo nos han considerado siempre su ‘patio trasero’, hacedores de dictaduras – por supuesto, siempre con complicidad endógena – en pos de que los podamos abastecer y endeudar bajo el rol que ellos mismos nos digitaron dentro de ‘su’ sistema económico y financiero global. Sin entrar en detalles históricos – donde hemos tenido épocas con mayor o menor margen de maniobra, por desavenencias externas o autoprovocadas -, los u$s44.867 millones que recibió la Argentina desde el año 2018 por parte de los Estados Unidos para impedir el asentamiento del comunismo lula-madurista (léase vía FMI con indicación explícita de Trump), solo sirvieron para dolarizar las ganancias de los mismos de siempre, con su respectiva fuga por las puertas giratorias del sistema financiero sin control (o mejor dicho descontrolado) de nuestro bendito país. Cuidado, a pesar de ello, nunca es tarde para aleccionar bajo el manto de la confusión permanente de las masas abstraídas por series sobre mundos místicos o competencias culinarias: los representantes del FMI se encuentran en este momento en nuestro país para “respaldar ajustes estructurales ante una nueva normalidad, lo que incluye que los empleados comiencen y abandonen sus empleos con mayor facilidad”. Traducido: Reforma laboral sin miramientos con los costos socio-económicos que ello acarrea, con tal de que podamos repagar nuestras deudas colectivas para mantener la rueda del sistema funcionando.

Lo que no pueden proveer, y es un gran problema para ellos, es una compuerta propia, ni tampoco un acuerdo efectivo con algún actor regional de relevancia que trabaje como pívot estabilizador y buffer contra su enemigo y nuestro aliado (¿circunstancial?), China. Porque, a ciencia cierta, nuestra relación bilateral con la potencia asiática de coyuntural tiene poco y nada: hace años nos hemos rendido a sus pies. Y que quede claro, no por sus cantos de sirena, sino por su enorme ‘billetera de payaso’. Con mayor o menor conveniencia. Porque nos compran todo lo que nuestro campo pueda ofrecer. Como contraparte, adquirimos sus bienes de capital (telecomunicaciones, agroindustria), absorbemos sus inversiones (nucleares, de infraestructura), y tomamos sus préstamos a la tasa de interés ofrecida sin chistar. Pero además, nos permiten realizar acciones de compra/venta en ambas monedas nacionales, generar contratos a futuro en yuanes, como así también avanzar intempestivamente hacia la construcción de la nueva Ruta de la Seda Sudamericana con ‘mirada argentina’: una Asociación Estratégica Integral que se espera permita concretar proyectos de agua y saneamiento, vivienda, conectividad, energía renovable e infraestructura de transporte en nuestro país.

Todo bajo el lema “Winner takes all” (o sea, donde todo el proceso de desarrollo quedará en manos chinas). Pero la voracidad del único ganador con todas las letras no termina aquí. En la reciente conversación que mantuvieron Xi Jinping y nuestro primer mandatario, Alberto Fernández, el presidente chino le pidió la colaboración del país para fortalecer la relación de China con América Latina, el Caribe y el Mercosur; sobre todo para poder tener una participación más activa en la Comunidad de Estados Latinos y Caribeños (Celac). Y si, la geopolítica es fundamental. Y aquí ya entramos en un tema aun más ‘espinoso’; el statu-quo del sistema económico es inamovible, pero la distribución de poder entre las principales potencias es flácida, cambiante, tensa.

Por ello la estación especial de Neuquén, cuyo manejo es la conjunción de intereses del Partido Comunista Chino a través del Ejército Popular como órgano ejecutor, complementa todo aquello y más: le adiciona el componente geopolítico en plena disputa por los recursos naturales estratégicos (ya sea geológicos o marítimos), la proyección Antártica, la guerra electrónica y satelital. Para citar un ejemplo, el eventual uso dual (militar y civil) implicaría la eventual intercepción de satélites de Estados Unidos o la UE. ¿Quién lo puede afirmar? Bajo el hermetismo reinante, seguramente no nuestro país. Igualmente, a sazón de la verdad, durante el gobierno de Cambiemos se agregó un anexo para especificar que la estación sea para uso pacífico y no belicista. En fin, lo que sea “pour la galerie”.

En realidad, para nuestro país, mejor dicho para nuestros políticos, lo más relevante es que los chinos, a diferencia de los creadores de la ‘Doctrina Monroe’, no se inmiscuyen en los asuntos de política doméstica. Ideal: un país que nos financia el déficit y no pregunta por qué lo generamos. Y que se encuentra siempre listo para activar parte o la totalidad de los 18.500 millones de dólares del Swap en caso de que lleguemos a una crisis de aún mayor complejidad que la actual. Por ello, los acuerdos bilaterales nunca se han truncado desde el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio en el año 2001. Ni con el actual gobierno argentino, ni con el anterior, ni con el anterior del anterior.

Igual, seamos sinceros, ¿para qué nos van a cuestionar? Argentina tiene un déficit comercial crónico con China (-2.000 millones de dólares en 2019) que se remonta a finales de la década pasada. Salida de divisas que ellos mismos nos financian: negocio redondo para el gigante asiático. Y para unos pocos de los nuestros: los sojeros y la industria cárnica siguen de parabienes. Pero también para algunas de nuestras castigadas economías regionales. Sino observemos la ansiedad manifiesta de varios gobernadores esperando obtener alguna tajada de los 4.000 millones de dólares de inversiones para la concreción de las 12.000 granjas que se instalaran en nuestro país – con su respectivo efecto derrame socio-productivo -, para abastecer con 900.000 toneladas anuales de carne de cerdo a China. Si, ya sabemos que ciertos actores políticos y organizaciones sociales y medioambientales ya han puesto el grito en el cielo por el alto nivel de contaminación que repercutirá en nuestras aguas y suelos, o mismo con las emisiones diarias de gases letales como el dióxido de carbono y el metano. Pero ni a los chinos, ni a las elites políticas de nuestro país – debe ser uno de los pocos temas que ha saltado la grieta entre el oficialismo y el principal partido de oposición -, ni al sistema económico de acumulación global les importa. Es más, a algunos políticos y empresarios les quedaron revoloteando las últimas palabras de Xi hacia Fernández: “Queremos que más productos y con más valor agregado ingresen a China”. ¿Podremos generarlos? ¿Podremos competir? Difícil, para no decir muy poco probable, al menos en el corto plazo. Pero bueno, suena bien. Y el show debe continuar.

Vivimos en la Argentina del los proteccionismos agresivos, de las liberalizaciones salvajes. De la destrucción de las instituciones y sus bases filosóficas. De los mercados eternamente monopólicos que presionan a gobiernos débiles, inertes, o cómplices para que apliquen las medidas que ellos demandan. De la corrupción enraizada, entremezclada con una conjunción explicita de ineficiencia e ineficacia. De las crisis económicas permanentes que, como indica el Dr. Julián Zicari, son, por sobre todas las cosas, grandes mecanismos de transferencias regresivas de ingresos. De la pobreza invariablemente creciente (del 6% en la década de 1970’ al 40% actual), la cual conlleva a un capital humano cada vez más obsoleto para los requerimientos productivos del mundo actual. De la asfixia y la falta de incentivos para muchas Pymes que quieren producir verdaderamente para abastecer a la economía real. Todo ello, en su conjunto, ha provocado nuestro retraso letárgico, opuesto 180 grados a los requerimientos que implica la lógica sistémica trasnacional actual. Evidentemente, estamos muy lejos de los que soñamos un país de vanguardia, de relevancia.

Para concluir, nos encontramos en un mundo embebido en una dinámica económica donde los Estados y sus elites corporativas avanzan como un tren a toda velocidad. Y ello no va a cambiar. O el sistema lo cambiamos nosotros, los argentinos, para generar una nueva racionalidad superadora – lo que es altamente improbable -, o la Argentina se adapta, definitivamente y de una vez por todas, de la mejor forma posible a un sistema exigente que no permite falencias ni fisuras, y donde las fracturas domésticas y para con terceros se pagan caro. Lamentablemente, sea cual fuera el caso, ahora estamos corriendo al tren muy lejos desde atrás.

Claves para entender el nuevo control de cambio en Argentina

Pablo Kornblum para la agencia Turca AA

https://www.aa.com.tr/es/mundo/claves-para-entender-el-nuevo-control-de-cambio-en-argentina-/1571383

“Con desesperación, el Gobierno acude a un decreto. En el mismo decreto dice que dada la urgencia no hay condiciones para tratarlo en el parlamento, esa es la primera consideración de restricción democrática. La segunda cuestión es que establece regulaciones: un Gobierno que se autoproclama liberal y que dice que hay que desregular la economía, decreta una regulación”, advierte el economista Pablo Kornblum.

“Afecta a los exportadores porque los obliga a traer sus dólares (se estima que será una cifra cercana a los 10 mil millones de dólares). Cuando denuncian que han cobrado el dinero, tienen cinco días para liquidarlo. Para el Gobierno es una forma de hacerse de dólares”, continúa Kornblum.

“Es demostración de la impotencia en que está el gobierno de Macri en la actualidad. Habrá que ver cómo sigue esto más políticamente que económicamente, todavía podemos tener sorpresas con respecto al Gobierno porque falta mucho para las elecciones del 27 de octubre”, señala Kornblum.

En la misma línea, Kornblum opina que “se anticiparon al primer día hábil de septiembre porque imaginaron que iba a ser catastrófico. Estas medidas van a generar que haya una estampida de pequeños y medianos ahorristas que van a tratar de sacar sus dólares del sistema financiero y guardarlos”.

Aparentemente no hay peligro en ese sentido, a priori los dólares están en el BCRA. “Pero si un gobierno desregulador empieza a regular, inevitablemente va a generar ciertos temores en la gente. Para aquella persona que votó a Macri, que votó un programa con ciertas ideas, una forma de ver las cosas, ahora hacer lo contrario no se ve muy bien”, continúa el economista.

Las razones del default selectivo de la Argentina

Pablo Kornblum para la agencia Turca AA

https://www.aa.com.tr/es/econom%C3%ADa/las-razones-del-default-selectivo-de-la-argentina/1569193

“Lo que se está viendo hoy es la incertidumbre política de los mercados que le hacen caso al FMI. Tenemos que entender que el FMI, al poner en duda el próximo desembolso de USD 5.400 millones previsto para octubre, el dólar empieza a subir. Los mercados, los fondos de inversión, se fijan en este comportamiento del FMI”, afirma el economista Pablo Kornblum.

“En la economía las expectativas son fundamentales. Lo más importante que debía pasar después del resultado de las elecciones primarias era una transición prolija, un trabajo mancomunado entre Macri y Alberto Fernández, con un discurso común ante el FMI, que ambos hubieran dicho que se iba a pagar y cumplir con lo prometido, cosa que no ocurrió”, señala el experto.

“Vamos a tener una transición larga, dos meses largos en los cuales la incertidumbre política reinará, y por lo tanto no sabemos en qué puede desembocar porque la realidad es que no hay dólares. Los exportadores piensan que va a seguir la devaluación entonces no quieren liquidar sus dólares, nadie le presta a la Argentina, y las altas tasas de interés lo único que hacen es generar más demanda de dólares que no puede contrarrestarse con oferta”, infiere Kornblum.

La «carne alternativa» gana terreno en el consumo global

Pablo Kornblum para el Diario La Nación, Agosto de 2019

https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-carne-alternativa-gana-terreno-en-el-consumo-globalsociedad-nid2275612

Pablo Kornblum, doctor en Economía y magíster en Estudios Internacionales, señala que los chinos «van viendo dónde conseguir el mejor precio y la mejor calidad posible, pero sin considerar cuestiones ambientales. Quieren los mejores productos, que luego les permitan aprender. Copian mucho. Su agro está muy utilizado y no pueden rotar los cultivos porque deben alimentar a mucha gente. Por eso siempre buscan nuevos mercados».

Tras elecciones en Argentina el peso se devalúa más del 30%

Pablo Kornblum el 12-08-2019 para la Agencia Turca de Noticias AA

https://www.aa.com.tr/es/mundo/tras-elecciones-en-argentina-el-peso-se-deval%C3%BAa-m%C3%A1s-del-30-/1555558

“Los mercados se despertaron sobresaltados por dos cuestiones en particular, por un lado porque Alberto Fernández en su discurso luego de conocerse su victoria dijo que, a pesar de no hacer locuras, iba a privilegiar a los jubilados antes que pagarle a los bancos. Eso en el mercado fue un golpe bastante duro y creo que se tomó en cuenta”, afirma el economista Pablo Kornblum.

“Por otro lado, el presidente Macri dijo que iba a esforzarse en pelear hasta octubre y en ningún momento habló de una concordia ni de llamar a Alberto Fernández para reconocer la derrota y coordinar una transición ordenada, de poder trabajar en conjunto para brindar gobernabilidad y respetar la institucionalidad. Esos dos puntos fueron las claves para entender lo que sucede”, concluye Kornblum.

El regalito a las pymes, mayor apertura del mercado interno

Pablo Kornblum para Página 12

https://www.pagina12.com.ar/204466-el-regalito-a-las-pymes-mayor-apertura-del-mercado-interno

Desde el inicio de su mandato, enero de 2017, Donald Trump llevó a cabo una política económica proteccionista. Su campaña presidencial estuvo basada en promover empleo para los ciudadanos norteamericanos. Le impuso aranceles a su socio comercial mexicano, amenazó con aranceles a los autos europeos y mantiene una guerra comercial con China. Las decisiones de política económica de su gobierno también impactaron en el comercio con Argentina. En este sentido, el economista Pablo Kornblum, especialista en relaciones internacionales, se preguntó: «¿Cómo vamos a poder hacer un tratado si no pudimos negociar el biodiesel y tardamos dos años en acordar la exportación de limones?». Además, adelantó que por el alto nivel de endeudamiento que tiene Argentina con el FMI, por el mayor préstamo realizado en la historia del organismo, es difícil que las condiciones de negociación se den en forma «justa y simétrica».

Cumbre del G20 queda reducida a sus líneas discursivas

Pablo Kornblum para Sputnik dialogando sobre la Cumbre del G-20 de OSAKA en Junio 2019

https://mundo.sputniknews.com/politica/201906291087829058-analista-cumbre-del-g20-queda-reducida-a-sus-lineas-discursivas/

BUENOS AIRES (Sputnik) — La cumbre de líderes y jefes de Estado de los 20 países industrializados y emergentes (G20) de Osaka, Japón, fue escenario de declamaciones retóricas más allá del margen de maniobra real que luego tienen los mandatarios de regreso a sus países, explicó a Sputnik el economista argentino Pablo Kornblum.

«Se tocan los grandes temas de interés global en estas charlas diplomáticas formales, pero cuando vuelven a sus países terminan haciendo lo que quieren o lo que pueden», señaló este experto, doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad del Salvador.

Las cuatro sesiones plenarias que tuvieron lugar el viernes y este sábado abordaron asuntos como el empoderamiento mujer, el desarrollo de los pueblos, la reducción de la pobreza o la lucha del cambio climático, temas que pueden figurar en un acuerdo político «pero que al momento de concretarse quedan en la nada por las discrepancias», puntualizó Kornblum.

Bajo esta óptica puede analizarse la actitud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, «que despliega por momentos una discursiva belicista para su electorado, por ejemplo ante lo que pasa con China y Huawei, o mostrando malas formas con (el presidente de Rusia, Vladímir) Putin».

«Hay mucha amenaza verbal por parte de Trump, pero a la hora de juntarse con otros líderes y ser duro a través de políticas económicas o militares, vuelve para atrás», consideró el analista.

«La mayoría de los países del G20 sostienen el sistema de la economía global, y en esa línea se firma el tratado político entre la Unión Europea y el Mercosur (Mercado Común del Sur)», observó Kornblum.

Otro de los aspectos destacados durante el foro internacional fue la necesidad de aunar esfuerzos para combatir el cambio climático.

«Es un avance interesante que va más allá del afán de acumular capital y apostar por el crecimiento crecimiento económico, con un documento final que habla de acuerdo contra el cambio climático, por más que (el presidente brasileño Jair) Bolsonaro patalee o Trump no quiera firmar», sostuvo el especialista.

Pero al mismo tiempo, «muchos líderes dan estos discursos pero al volver a sus países tienen tantos problemas internos, que hacen lo que pragmáticamente pueden», insistió.

Esa razón explica que espacios multilaterales como el G20 den lugar a encuentros bilaterales que al final son más significativos que las cumbres en sí.

«Como los foros multilaterales no están dando prácticamente resultados globalmente, al tener los Estados tantos intereses contrapuestos, salen de lo central y se van a lo bilateral, donde deciden los temas importantes», consideró.

La lógica de un mundo que se encamina más hacia lo bilateral lleva a que cada país escenifique su juego, ante tantas complejidades crecientes.

«Hay que resaltar cómo las principales potencias que dirigen las directrices de la política global están jugando particularmente», resumió Kornblum.

Alta tensión en el Estrecho de Ormuz entre EE.UU. e Irán

Entrevista en Radio Jai a Pablo Kornblum, sobre la crisis política entre EEUU e Irán.

https://www.radiojai.com/rj/noticom.php?cod=MjQxNjkxNA==

JAI – El analista internacional Pablo Kornblum analizó la situación política de medio oriente tras el derribo de un drone norteamericano por parte del ejercito Iraní, lo que provoco que Trump decidiera un ataque selectivo como respuesta, el cual fue cancelado finalmente en el último momento, con los aviones ya en el aire y los buques en posición por considerar que seria “desmedido”.

El Estrecho de Ormuz es la única vía para mover petróleo desde el Golfo Pérsico al resto de los océanos. Por ese motivo, cualquier amenaza sobre el área podría afectar al mercado del petróleo. Allí pasa el 20% del crudo mundial por lo tanto es una zona geoestratégicamente importante.

Kornblum señaló que el conflicto entre EE.UU. e Irán se debe a una tensión por temas nucleares e intereses económicos: “La cuestión `economisista´ es fundamental. Cuando Trump asumió en 2015 salió del acuerdo bilateral y aplicó sanciones económicas a Irán como modo de presionar al gobierno iraní por no estar cumpliendo con los puntos nucleares y continuar enriqueciendo uranio”. Mientras tanto, Irán remarcó que ellos “estamos cumpliendo y lo hemos probado por lo tanto vamos a seguir igual”, por lo tanto, EEUU miente. De este modo, están los intereses iraníes como uno de los principales productores de petróleo del mundo de soberanía sobre el estrecho de Ormuz, controlando ese 20% de trafico de crudo que pasa por allí.

“Hay que recordar que esto remonta desde la época de Obama en que Irán fue considerado como parte del llamado “eje del mal”, rememoró Kornblum.

Respecto al derribo del drone, lo que ocasiono la creciente tensión entre ambos países el analista internacional dio su visión: “Es raro que Irán haya derribado un drone que este en aguas internacionales y sobretodo uno norteamericano. Probablemente, el drone haya intentado ingresar a territorio iraní pensando en que no lo iban a detectar, pero así fue y lo derribaron”. Es cierto que nunca se sabrá la realidad porque, como Kornblum argumenta, “ambas partes van a dar sus versiones, por ende, lo que importa, es lo que ocurrirá a futuro. Si continuara la posición beligerante de EEUU con Irán o no”.

Respecto al futuro el analista mantiene una posición escéptica respecto al inicio de un conflicto bélico: “Trump ha tenido siempre discursos beligerantes, pero no ha avanzado. Tampoco creo Irán vaya a avanzar mucho más”.

Por otro lado, en caso de iniciarse una guerra, al análisis no debería ir sobre quien es más poderoso (claramente EE.UU. lo es), sino en los apoyos que podría tener Irán en cuanto a guerras de guerrillas o grupos insurgentes sobre avances territoriales y a su vez el apoyo internacional de países como Rusia quien ya ha dicho que este enfrentamiento no conduce a nada.

Finalmente, Pablo Kornblum consideró qué de ocurrir el conflicto bélico, Israel debería mantenerse al margen mientras EE.UU. intenta convencer al mundo de que la situación bélica se da por un peligro real.

Análisis de inversiones tecnológicas chinas en Argentina

Pablo Kornblum para el portal Iprofesional

https://www.iproup.com/innovacion/3734-inversion-emprendimiento-desarrollo-tecnologico-Huawei-Xiaomi-Alipay-y-mas-asi-avanza-China-en-Argentina

Se hace muy difícil cuantificar exactamente qué porcentaje de inversiones chinas se encuentran abocadas a la tecnología. Esto es porque además de las empresas que se podrían denominar ‘tecnológicas’ (como por ejemplo Huawei), se encuentran las que no son estrictamente del rubro pero que desarrollan y utilizan los avances de última generación para sus operaciones diarias. Por ejemplo, dentro de las inversiones que realizó el ICBC cuando ingresó en el mercado Argentino, se encuentran las que incluyeron derivaciones tecnológicas indirectas para la puesta en funcionamiento de los sistemas informáticos apropiados.

En cuanto a los montos, también es algo difícil de mesurar. Una cosa son las promesas discursivas en las reuniones bilaterales entre jefes de Estado o funcionarios de primera línea, otro es lo que luego realmente se acuerda en las reuniones operativas de los cuadros técnicos, y finalmente se encuentran las diferencias que se ponen de manifiesto a la hora de efectivizar las inversiones. Más aún, cabe destacar que ‘los fracasos’ en la puesta en marcha muchas veces no tienen que ver con una cuestión del acuerdo en sí, sino más bien de cambios en la coyuntura económica o política endógena o exógena de ambos Estados.

En cuanto al resto de América Latina, no hay grandes diferencias en los objetivos que tiene China en relación a los que presenta en nuestro país; lo que implica que existe un trabajo diplomático ‘horizontal’ de Beijing que deriva en acuerdos económicos y proyección geopolítica en pos de sus intereses. En este sentido, la búsqueda de recursos naturales estratégicos (Petróleo en Venezuela, Litio en Bolivia, Minería en Argentina, etc.), la realización de obras de infraestructura, y un avance en términos de adentramiento tecnológico (TCL, Midea, Lenovo y Shanghai SVA, entre otras, han invertido o han adquirido empresas en toda la región), no distinguen fronteras.

El acercamiento con China será, por un lado, conveniente en mayor o menor medida según el posicionamiento que tome la Argentina a la hora de llegar a un acuerdo; el otro tema se centra en la eficiencia/eficacia en tanto la utilización de los préstamos y las inversiones. ¿Servirán los 9.000 millones de dólares del SWAP acordado con China? ¿Incrementará la producción minera las inversiones que realizó la empresa Shandong Gold, la cual desembarcó en San Juan en el 2017 cuando adquirió el 50% de la mina Veladero por US$ 960 millones? ¿Podrá dinamizar las golpeadas economías regionales el corredor que unirá 538 KM entre Bs. As. y La Pampa, y demandará una inversión de US$ 1.175 millones por parte de la compañía China Construction America? Todas son conjeturas que dependerán de las políticas gubernamentales de largo plazo que realice el gobierno nacional. Lamentablemente, la historia indica que en las decisiones del ejecutivo suele primar la coyuntura y no las políticas de Estado; por lo que claramente la incertidumbre a futuro es mayor que las certezas que podamos concluir.

El otro punto clave serian las problemáticas derivadas de las inversiones en tecnologías sensibles. Esta discusión, que se da no solo en Argentina sino en todo el mundo, implica la ‘inmiscuisión’ de la segunda potencia política, económica y militar de la tierra en un escenario donde históricamente ha primado la Doctrina Monroe bajo el paragua de los intereses estadounidenses. Para citar un ejemplo, los acuerdos para la construcción de la central nuclear ATUCHA V han implicado la decisión de optar por un proyecto de tecnología desconocida que cierra su círculo operativo y de conocimiento a proveedores de terceros Estados; pero que a su vez abre el interrogante respecto del aporte que realizarán tanto China como Argentina, como así también pone en duda la eficacia en el resultado final.

El otro ejemplo que hace mucho ruido es la instalación de la estación espacial en la localidad de Bajada del Agrio en Neuquén. Se trata de un acuerdo que firmó Cristina Kirchner (que incluyen 50 años de exención impositiva en un área de 200 hectáreas), que se encuentra manejado completamente por una agencia que depende del Ejército Popular Chino. A pesar de que el presidente Macri logró una adenda a ese acuerdo para que China aclare que se trata de una estación espacial de ‘uso pacífico’, la antena instalada generó malestar en los Estados Unidos por su eventual uso dual y la posibilidad de interceptar satélites. En definitiva, se ha creado un potencial conflicto de intereses geopolítico fronteras adentro de Argentina entre las dos principales Fuerzas Armadas del planeta (con consecuencias impredecibles – inclusive en términos militares – para con nuestro país).

Venezuela, solo un espejo de las miserias del mundo

Por Pablo Kornblum para el Blog del equipo Bulat.

http://www.elpuntodeequilibrio.com/Articulo/Vista/Venezuela+solo+un+espejo+de+las+miserias+del+mundo

Tenemos un presidente electo y uno provisorio. Una cuasi guerra civil entre una población polarizada. Un aparato de control coercitivo como objeto deseado por los políticos oficialistas y opositores. Una situación macro y microeconómica crítica para la mayor parte de la ciudadanía. Violencia, pobreza, resquebrajamiento social. Eso es Venezuela hoy.
Pero Maduro y Guaidó son solo peones del tablero geoeconómico y geopolítico global. La principal reserva petrolera del mundo es su activo vital, la cual se la disputan Estados Unidos, el enemigo actual, y China y Rusia, los aliados circunstanciales. Ello puede mutar. Como ya lo hecho en el traspaso del siglo XX al XXI, cuando Hugo Chávez llegó al poder.
La lógica economicista con eje en la obtención de los recursos estratégicos, principalmente el ‘oro negro’ que permite dinamizar las enormes economías domésticas, tiene como objetivo principal generar riqueza para sostenerse en el poder. En Estados Unidos, Rusia o China, como en Venezuela, también hay una elite que quiere perpetuar el statu-quo. La diferencia con el país sudamericano es que las grandes potencias poseen un poderío económico que les permite brindar unas mínimas condiciones de dignidad para una gran parte de sus poblaciones, lo cual evita que se potencien tensiones sociales con la consecuente necesidad de tener que utilizar el poder de coerción. En este sentido, la represión no está muy bien vista – con excepción de que al reprimido se lo acuse, como ocurre comúnmente, de terrorista – en esta época de democracias que, aunque imperfectas, deslegitimadas, e incompetentes para con el bien común, han sido profundamente instaladas como el deber ser político bajo la dialéctica globalizadora.
La venta de armamento es el otro eje de la disputa. Junto con sus recursos naturales, es la principal industria para los rusos. Los chinos, por su parte, son veloces aprendices: con el segundo presupuesto militar del mundo desde hace años, son claramente un poder a temer. Y por supuesto, ambos conllevan ambiciones geopolíticas. El histórico patio trasero de los Estados Unidos no es solo la región bendecida con los mayores recursos naturales del planeta: posicionamiento marítimo, ocupación territorial, cercanía amazónica, viabilidad logística y proyección Antártica. Demasiado tentador para dos estadistas, como Putin y Xi, que visualizan el expansionismo como ‘el deber ser del volver a ser’. Los imperios nunca se han ido, sostienen. Solo han estado adormecidos por algunas décadas. Con una impronta más belicista los euroasiáticos, y más paciente los orientales, ambos tienen el mismo objetivo globalista maximizador. Donde también ya llegara el momento que se cruzarán entre ellos.
Bajo este contexto global, el rol de las elites económicas y políticas venezolanas fue funcional a las demandas norteamericanas durante todo el siglo XX. Cuando hay crisis y malestar, las culpabilidades (y o complicidades), son tanto exógenas como endógenas. Un país literalmente dependiente de las exportaciones de petróleo que generaba una ingente riqueza, pero concentrada en pocas manos. Aquello no era sustentable: las personas quieren vivir mejor, y las demandas a los gobiernos han sido crecientes a lo largo de la historia. Si las elites no dan respuestas, corren el riesgo que aparezca un verdugo con ideas revolucionarias. Más aún si cuenta con el poder que otorga el aparato militar para generar un cambio estructural. Y un día el comandante se convirtió en presidente.
Chávez fue un gran estadista. Tuvo el beneplácito de comenzar a gobernar en un contexto de incremento exponencial de los precios de las materias primas. También generó una política redistributiva que mejoró, a través de un mercado internismo creciente, la calidad de vida de las mayorías postergadas. Pero el consumo no es inversión. Y mientras el gasto público se incrementaba exponencialmente, la productividad sufría permanentemente los coletazos de la ineficiencia. Al tiempo que la deuda externa se acumulaba, su muerte encontró inconcluso el proceso sustitutivo de importaciones. La crisis financiera global y la retracción de la demanda de materias primas, con su consecuente caída en los precios, fue un golpe letal para el gobierno naciente.
Maduro no es Chávez. Además de que la mayoría de los gobiernos, después de un periodo de tiempo considerable, se ven desgastados en sus capacidades institucionales y en su cohesión política interna. La elite opositora, guarnecida pero expectante a que los vientos vuelvan a serles favorables, dio cuenta de ello y aprovecho para dificultarle financiera y operativamente el quehacer diario. Siempre se puede estar mejor, sostienen. Y la mejor forma de volver más rápidamente al poder es operar mediáticamente para propiciar un caos mayor, sobre todo a partir del poder económico que todavía conservan después de una centuria de ingente acumulación. El resto fue esperar que los continuos errores de política económica del actual gobierno de Maduro potenciaran el espiral inflacionario y el desabastecimiento de productos e insumos, con el consecuente deterioro generalizado de la situación socio-económica. Al actual presidente solo le queda resguardarse detrás de su aparato coercitivo. Violencia verbal y física en la picota. Es a todo o nada.
En definitiva, la búsqueda de poder y la acumulación de riqueza continúan siendo los pilares por los cuales se rige el mundo en que vivimos. Las inequidades inter y intra-nacionales son solo la consecuencia de la permanente puja de intereses bajo la actual lógica sistémica. En este sentido, lo que ocurre en Venezuela se replica en toda la geografía global, en sus diversas formas y matices según el momento histórico. Solo falta visualizarlo acertadamente para que comprendamos y reflexionemos sobre quienes realmente dominan; y quiénes son los dominados. En el mientras tanto, millones de venezolanos, como las mayorías desahuciadas y desoídas del planeta, lejos se encuentran de obtener una solución superadora para sus vidas.