Centro Argentino de Estudios Internacionales
Observatorio de Brasil, Número 3, Año I, Verano Sur 2010
http://www.caei.com.ar/es/pfp/brasil/brasil3.pdf
Autor: Pablo Kornblum
Una salida airosa para una crisis que parece haber quedado atrás. Un futuro repleto de expectativas.
La salida de la crisis
El viento de cola optimista que trajo este 2010 se ha debido en gran parte a la rápida recuperación Brasileña. ¿Cuales han sido las claves por las que Brasil ha salido airoso de la crisis internacional del bienio 2008-2009? Las razones son varias. En primer lugar y por sobre todo, la indeclinable continuidad del proyecto a largo plazo como país. Ello implica mantener su base productiva industrialista, la cual se ha cuidado celosamente para evitar que se vea resentida por los coletazos internacionales. Esto se puede ver reflejado en el Índice de Confianza de la Industria de la Fundación Getulio Vargas (FGV), que tras su décima alza consecutiva, superó su promedio histórico de 100 puntos en agosto pasado.
A ello le debemos agregar el rol activo del Estado, sobre todo en materia financiera. Las medidas tomadas por el Banco Central lograron reducir las tasas de interés, mantener la liquidez interna y estimular los préstamos de los bancos públicos. Mas aún, para este año se utilizará un préstamo de 45,270 millones de dólares al Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), cuyo objetivo se centrará en reactivar la producción industrial y aumentar la adquisición de bienes de capital; como así como también conseguir tasas especiales para la exportación, impulsar la innovación tecnológica y reducir la carga impositiva.
El tercer punto clave es la inteligencia Estatal para promover las políticas más rentables en materia económica. El Plan de Marketing Turístico Internacional “Acuarela 2020”, que prevé un aumento del 304 por ciento de los ingresos por turismo durante los próximos diez años, es una muestra de ello. El concentrarse en una industria altamente rentable, generadora de divisas y fundamentalmente creadora de empleos para todo el espectro social, logra balancear a un sector de servicios que tiende a tecnologizarse y expulsar mano de obra. Por ello y ante un turismo cada vez más exigente, existe la necesidad de una atención personalizada de alta calidad y donde se requieren de recursos humanos en calificados y en cantidad.
El otro fundamento en que se asienta la economía son los superávits estatales. El Banco Central informó que el sector público consolidado registró en noviembre un superávit presupuestario primario de 12,700 millones de reales (7,290 millones de dólares), mientras que durante todo 2009 el superávit comercial fue de 25,348 millones de dólares – lo cual es un valor superior en 1,5 por ciento al de 2008 -. Esta situación desmitifica el rol negativo de un Estado activo, ya que tanto los aumentos en el Gasto como en la Inversión pública, no solo no han desbalanceado las cuentas nacionales, sino que denotan una complementariedad positiva para con las variables macroeconómicas.
Para concluir, existe un tema poco mencionado pero no por ello de menor importancia. El Índice General de Precios de Mercado IGP-M descendió un 1,72 por ciento en 2009, lo cual constituye la primer caída anual desde que comenzó a realizarse el estudio en 1989 y tras haber ascendido 9,81 por ciento en 2008. Y en este punto podemos recalcar el acompañamiento de los precios relativos a las coyunturas cíclicas del mercado. La importancia reside en que a diferencia de otros países de la región, donde las economías en reseción no son acompañada por un descenso en los precios de los productos básicos – hasta se producen aumentos -, en Brasil podemos encontrar estructura económicas más competitivas y menos monopólicas de los sistemas productivos, como así también un comprendimiento y un acompañamiento de los empresarios a las diversas coyunturas macroeconómicas del país, evitando de este modo una rápida y dañina erosión de los salarios.
Un futuro expectante
Más allá del gobierno de turno y sin importar quien triunfe en las próximas elecciones, las proyecciones de largo plazo denotan una confianza en el futuro económico de un Brasil que, a diferencia de una coyuntura global tan volátil, promete rentabilidad en el largo plazo. Los 3,500 millones de dólares que invertirá la filial brasilera de Volkswagen entre 2010 y 2014, o los 3,000 millones de euros que Telecom Italia prevé invertir en el país hasta el 2011, son una clara muestra de ello.
La confianza generada se deriva en la solidez de sus bases. En este sentido, la cuestión energética es unos de los dilemas más importantes que deben enfrentar los Estados que quieren ser protagonistas de la arena internacional del futuro. Brasil es un gigante demográfico que debe lograr la autosustentabilidad en materia de energía para preservar el mercado interno y la paz social. Por lo que la acción tanto del Estado como del mercado ha sido fundamental para poder poner en marcha millonarios proyectos de infraestructura. A la inversión de 116 millones de dólares de la compañía española Gestamp Eólica para la construcción de dos parques eólicos con 50 MW de potencia instalada, se le agrega la obra que la refinería estatal Petrobrás construirá en el Estado norteño de Maranhao, la cual se convertirá en la mayor de América Latina. Pero además, el trabajo conjunto del gobierno y del sector privado no se queda atrás: Brasil creó “Nova Braskem”, la mayor compañía petroquímica de América y la octava mayor del mundo, que tendrá como principales socios a la estatal Petrobrás y a la empresa privada Odebrecht. En el mundo actual y en los países más desarrollados del planeta, el Estado y el mercado son socios y no enemigos, ya que se necesitan mutuamente – como la sociedad en su conjunto -, para crear un país que crezca y se desarrolle de manera sustentable.
El punto anterior se complementa con una decisiva estabilidad monetaria. Sobre este punto, el Presidente del Banco do Brasil, Aldemir Bendine, manifestó que la entidad se ha propuesto ingresar al mercado bancario minorista tanto de los Estados Unidos, como así también de otros países de América Latina. La inserción provocará beneficios fundamentales relacionados con el incremento de las transacciones comerciales transnacionales, la recepción de remesas, y los flujos de inversión que pueden ser absorbidos por la macroeconomía Brasileña. Esta apertura permitirá además ampliar la cantidad de instrumentos financieros para dinamizar el mercado interno, ayudar a la estabilización de las variables, y fomentar la creación de una estructura acorde para grandes proyectos productivos.
Finalmente, el realismo económico entremezclado con el optimismo político cierran un círculo virtuoso a los ojos del mundo. Por ello no son menos importantes las declaraciones del Ministro de Economía, Guido Mantega, cuando vaticinó a principios de este año que Brasil crecerá un 5 por ciento en 2010. La máxima autoridad en materia económica también expresó que junto con India, China y “unos pocos países más”, tendrán en 2010 en “expresivo crecimiento”, a diferencia de las previsiones de expansión del 1 por ciento de la Unión Europea o del 1,7 por ciento de Japón. La declaración se puede analizar en términos comparativos con el resto de los actores mencionados y su proyección futura a nivel global. Brasil está consolidando su posición de potencia regional, motor económico de la región, e interlocutor necesario para los Organismos Multilaterales en materia de políticas económicas y financieras globales. Si a esto le agregamos que el Índice de Clima Económico elaborado por la Fundación Getulio Vargas y el Institute for Economic Research al the University of Munich (IFO) destacó que Brasil ocupó el primer lugar con 7,8 puntos por segunda vez consecutiva, la percepción global positiva continua en crecimiento. En un mundo donde reina la inestabilidad y volatilidad para los inversores (ya sea privados, estatales u ONGs), un nicho de seguridad a futuro refuerza las mejores perspectivas de mediano y largo plazo.
Por supuesto hay temas en los que se debe estar alerta. El Banco Central de Brasil elevó levemente sus pronósticos de inflación hasta un 4,6 por ciento, cifra mayor con respecto a su cálculo anterior del 4,4 por ciento. Aunque una inflación moderada se adhiere en consonancia con una economía en crecimiento – 5,8% de crecimiento del PBI estimado por el Banco Central para el 2010 -, no deja de implicar un signo de atención para el ganador de las próximas elecciones. Por otro lado, el Tesoro Nacional de Brasil expresó que se espera que la deuda pública crezca un 15,5 por ciento en 2010, llegando a los 1,73 billones de reales. Pese a que esta situación puede ser convalidada y controlada por políticas publicas contracíclicas y expansivas, es un tema que debe ocupar la agenda de las más altas esferas gubernamentales. El otro punto a tener en consideración ha sido en referencia al anuncio de la Oficina de Turismo de Brasil (EMBRATUR), la cual ha indicado que la llegada de pasajeros internacionales descendió un 0,77 por ciento en 2009. Más allá de lo exógeno de la problemática, el desarrollo del turismo domestico con políticas acordes – como podría ser precios diferenciados, actividades especialmente diseñadas para los turistas brasileños, o exenciones impositivas – debe ser tenido en cuenta para evitar las crisis cada vez más frecuentes de los mercados desarrollados.
En definitiva y de cara a futuro, no debemos olvidar los pilares básicos por los cuales el PT llego el poder casi una década atrás. Y para ello, es importante demostrar que las políticas sociales de inclusión no solo han servido para integrar a la población al mundo del consumo y revitalizar el mercado interno. Por ello, el anuncio brindado por el Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE) indicando que la esperanza de vida al nacer de la población de ambos sexos creció de 69,66 a 72, 86 años; las declaraciones del Ministro de Planificación, Paulo Bernardo, informando que en enero de 2010 habrá un aumento del salario mínimo de un 9,68 por ciento – por encima de las expectativas inflacionarias -; o el informe del Ministro de trabajo Carlos Lupi, dando a conocer que en enero de 2010 se ha batido un record en la generación de empleos con más de 100.000 nuevos puestos de trabajo y ubicando la tasa de desempleo en 7,2% – , son excelentes noticias para comenzar un 2010 lleno de expectativas y desafíos.