Publicado en el diario El Cronista Comercial, 24 de Diciembre de 2009.
Autor: Pablo Kornblum
http://www.cronista.com/notas/215836-la-reconversion-la-izquierda-latinoamericana
Desigualdad. Desigualdad es la palabra clave para entender porqué la izquierda latinoamericana, reconvertida, democrática y dialoguista, emergió luego de que los bastiones comunistas hayan colapsado – léase la ex-Unión Soviética y sus países satélites – o mutado con sus particularidades al capitalismo, como la nueva economía “Socialista de Mercado” China o sus vecinos del Sudeste Asiático.
La historia latinoamericana nos enseña de una izquierda fuerte, combativa; con ganas de lograr cambios profundos, de raíz. Emulando alguna vez a las heroicas proezas de Ernesto Guevara y Fidel Castro. Pero la Doctrina Monroe y la Teoría de la Dependencia, llevada a cabo por enemigos autóctonos y foráneos, reprimieron aquellas ilusiones de cada una de las diversas izquierdas, tanto se encontraran en el gobierno, como fuerza opositora política, o decidida a tomar el poder a través de la lucha armada.
Finalmente, la derecha venció y las dictaduras se esparcieron por toda la región. Junto a la represión social, se le agregaron las desastrosas políticas económicas que incrementaron las desigualdades. Y aunque en las últimas dos décadas la sangre derramada pasó a ser prácticamente parte del pasado, las nuevas democracias neoliberales solo profundizaron la concentración de la riqueza y aumentaron a niveles exponenciales los niveles de pobreza y marginalidad.
La izquierda latinoamericana entendió entonces que para la mayoría de los ciudadanos, cualquier tipo de dictadura coarta la tan preciada libertad. También comprendió que dentro del juego capitalista, los intereses concentrados poseen mucho poder, más aún en América Latina. Dialogar, negociar y concensuar, en mayor o menor medida, ha sido necesario para alcanzar el poder y gobernar. En la actualidad, los gobiernos democráticos de izquierda, en sus diferentes matices, tratan de lograr cambios graduales, con políticas intra e internacionales autóctonas, heterogéneas y dinámicas.
Ahora la pregunta se centra en si podrán cumplir con los objetivos teóricos que alimentan la fe de sus bases políticas. Aquellos que, postergados, esperan una redistribución de la riqueza de manera más justa, donde las variables del desarrollo se derramen positivamente entre toda la ciudadanía, sin excepción.
El gran dilema proviene de una situación fáctica difícil de refutar. No existe gobierno, de izquierda ni de derecha, que funcione cuando existe una corrupción enraizada en todas las esferas del Estado, y donde la administración burocrática es altamente ineficiente y discrecional para con el sector privado. Las bases de la izquierda latinoamericana no están exentas de estas problemáticas y las soluciones políticas parecen ser limitadas en el corto plazo.
Mientras tanto, lo que en definitiva tiene una clara respuesta es el porqué de la vigencia de la izquierda en América Latina. La opresión contenida se ha liberado y potenciado. Los ineficientes e ineficaces gobiernos de derecha han realizado el resto.