Publicado en la la revista AGENCIA INTERNACIONAL, visión desde el sur; Año 2, Número 8, Marzo-Junio de 2006.
Autor: Pablo Kornblum
Introducción:
Para empezar a responder la pregunta debemos definir que es una economía socialista y una economía capitalista. Para simplificarlo, si entendemos una economía completamente socialista como aquella economía donde el estado es el dueño de todos los medios de producción y donde no hay propiedad privada, entonces China definitivamente no es una economía socialista. ¿Pero esto significa que es una economía puramente capitalista?
En el capitalismo, el deseo individual de obtener beneficio propio es el motor de la economía. Cuanto más eficiente es el capitalismo, menos es necesario que el estado intervenga en el control de la economía. Como resultado, en las economías neo-capitalistas la mano invisible del mercado regula la economía. Por lo tanto, en el caso de China, tampoco podemos decir que es una economía totalmente capitalista.
En estos tiempos, la mayoría de los países del mundo esta en una posición intermedia entre una economía puramente socialista y una puramente capitalista; y China no es la excepción. En este ensayo se explicará los términos en los cuales el gobierno Chino desarrolla sus políticas, las diferencias y similaridades con otros países, y el futuro del país desde la visión de los que gobiernan y los que son gobernados.
¿Economía Socialista de Mercado o Capitalismo?:
¿Por qué el gobierno Chino se esmera en explicar que la economía China es una ?economía socialista de mercado? y no una economía capitalista? La visión socialista descripta por Marx y Lenín, nunca mencionó de forma explícita el desarrollo de una economía capitalista para alcanzar los objetivos socialistas. A pesar de ello, el Partido Comunista Chino (PCC) ha estado explicando desde los años de la reforma que el desarrollo del mercado y la propiedad privada son un paso intermedio necesario para poder lograr, en la última fase, llegar al socialismo. La explicación que ha brindado el gobierno es que no hubo una reforma total, sino una parcial y temporal; y que la reforma es simplemente una transición y una manera diferente de continuar los ideales de la revolución de 1949.
La pregunta es: ¿Cuando y como China llegará a esa fase final? El gobierno Chino todavía sigue desarrollando la respuesta. El PCC no lo explicita exactamente, pero si quieren lograr el objetivo socialista cuando la economía este totalmente desarrollada, el gobierno Chino debería nacionalizar todas las empresas privadas para tomar el control del 100% de la economía nuevamente. ¿Cuando ocurrirá? Es imposible de saber, ya que un país siempre puede crecer y desarrollarse más. ¿Será entonces cuando los salarios chinos lleguen al mismo nivel que los salarios europeos? ¿O tal vez cuando el PBI de China exceda ampliamente al de los Estados Unidos?
El Partido Comunista Chino ha usufructuado de esta pregunta sin resolución cierta, ya que le ha permitido eludir la presión de dos de los principales grupos sociales. Por un lado, la ciudadanía en general observa que la economía sigue creciendo y cree que el esfuerzo de hoy se verá reflejado en la prosperidad futura. Por otro lado, con la promesa de un ?futuro socialista?, el PCC se quita la presión de los miembros más conservadores del partido que no ven con buenos ojos la vía rápida? en la que se ha realizado la reforma.
El punto clave es que China sigue siendo un régimen de partido único, donde el Partido Comunista detenta todo el poder. El sistema político y la manera ?comunista? de gobierno es lo único que los líderes del partido no piensan cambiar.
¿Porqué China no intenta alcanzar mayores niveles de desarrollo a través de una economía Socialista?
Antes que el proceso de reforma empezara, el PCC había desarrollado una economía centralizada totalmente planificada. Como ejemplos podemos incluir pilares económicos tales como la colectivización de las áreas rurales y la creación de enormes compañías estatales (especialmente en las industrias de base).
¿Por qué el sistema no ha producido los resultados esperados? Los principales inconvenientes que surgieron fueron la ineficiencia y la baja productividad de las empresas estatales, como así también la falta de tecnologización y la modernización del sector agrícola. Además, la ausencia de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y la falta de supervisión de tareas no contribuyeron al manejo efectivo de las políticas económicas. No podemos dejar de mencionar que los inconvenientes se vieron agravados por el deseo de los oficiales de menor rango por acceder al poder y recibir premios, a través de la falsificación de datos y estadísticas que mostraban una situación irreal que terminó siendo insostenible en el tiempo.
Finalmente, el otro gran problema fue la falta de incentivos para los trabajadores. A pesar de que el PCC proveía los servicios básicos para los mismos, la mayoría no había visto importantes mejoras en su calidad de vida durante los años que se cumplieron desde la revolución hasta los principios de la reforma. La economía socialista no había reflejado su crecimiento en mejores condiciones de vidas para aquellos que habían contribuido a los objetivos económicos.
La comunicación entre el gobierno y el pueblo:
Los líderes del PCC deben haber pensado muchas veces sobre la forma de comunicarse con el pueblo. Si en lugar de decir que China es una economía socialista de mercado, los mismos le transmitirían directamente que ahora viven en un país capitalista, ¿Que ocurriría?
Para evitar una férrea oposición, el cambio de denominación ha sido un acto político para legitimar el poder y las políticas del PCC. El impacto de decir que simplemente se usan las fuerzas del Mercado para alcanzar el objetivo socialista, no tiene la misma connotación negativa y tampoco acarrea la misma oposición que si se expresa claramente que se vive bajo un sistema capitalista.
La otra cuestión es como el pueblo recibe la información que le brinda el gobierno. En 1998, muchas generaciones de chinos que habían aprendido sobre la grandeza del socialismo y leído el libro rojo de Mao, escuchaban el anuncio del Premier Zhu: ?La olla popular basada en las grandes empresas estatales, que alimenta a la clase trabajadora industrial China, ha llegado a su fin. A partir de este momento, se dará mayor responsabilidad individual sobre las pensiones, el seguro medico y la vivienda.?1.
Hoy en día, el pueblo Chino se da cuenta que están actuando como sus pares de las economías capitalistas. La existencia de grandes corporaciones que obtienen enormes beneficios con empleados que trabajan por un salario (muchas veces menor que el de subsistencia), causa confusión y desconfianza entre la ciudadanía. Antes de la reforma, el plusvalor iba directamente a las manos del estado. Hoy en día, su destino son las manos de las clases urbanas y rurales capitalistas. Además, la ciudadanía se da cuenta que el gobierno ?retiró los subsidios estatales de varias áreas sociales y económicas, removió la distribución centralizada y permitió que los ?libre mercados? (ziyou shichang) se expandan alrededor de todo país?2. La controversia solo complica aun más el entendimiento de la gente, y como fue mencionado anteriormente, provoca desconfianza en el gobierno y los valores que el partido dijo haber siempre representado.
El gobierno y el mercado:
Contrariamente a las expectativas, el mercado ha sido el mayor aliado del PCC desde la reforma. Así lo expresa Wang, cuando menciona que ?el status hegemónico del neoliberalismo Chino tomo forma como parte de un proceso en el cual el estado utilizó la liberación económica para sobrellevar la crisis de legitimidad?3.
En contraposición y a pesar de que el gobierno Chino esta utilizando las fuerzas del mercado para lograr crecimiento económico, se encuentra por otro lado ?compitiendo? contra el mercado para mantener el control ideológico en la ciudadanía. Wang explica que ?la tan llamada marketización China no es simplemente una afirmación del mercado, sino que representa un esfuerzo por subyugar todas las reglas de la actividad social a las reglas del mercado. Como consecuencia, la visión de la marketización no se limita solamente a la esfera económica, sino que también incluye la política, la sociedad y la cultura.?4. En referencia al impacto social, Tang Xiaobing argumenta que ?se puede identificar dos discursos sociales en la cultura China contemporánea. Por un lado, hay una ansiosa afirmación de una ordinaria vida diaria dentro de los hábitos de consumo materialistas. Por otro lado, hay una continua negociación con los remanentes del la utopía Maoista que piden a gritos que el pueblo rechace este tipo de vida.?5
Ante esta situación, el gobierno debe tener cuidado cuando utiliza al mercado y las posibilidades de consumo como una forma de legitimizar su poder. Hann afirma que ?el problema principal del consumo como un argumento de paliativo social es fundado por la suposición materialista de que mientras las masas pueden satisfacer sus necesidades materiales se producirá una población políticamente satisfecha.?6. Si el país entra en una profunda recesión, el PCC no tendrá argumentos para salir de la crisis: la ideología socialista que ellos mismos han descartado y el tan utilizado mercado que no da respuestas, pondrán al gobierno en un callejón sin salida.
Reacciones Internacionales:
La mayoría de los países alrededor del mundo han aceptado a China como una economía de mercado, y a su vez han o están negociando acuerdos comerciales bilaterales o multilaterales con el gobierno de Beijing. Esto muestra a las claras que no le dan mayor importancia a como el PCC nombre a su sistema de gobierno. Solo les interesa exportar sus productos al inmenso mercado interno Chino, y a su vez, importar sus manufacturas de muy bajo precio.
Una pregunta interesante que nos podemos hacer es si existen otros casos alrededor del mundo donde la apertura económica no ha estado asociada con una apertura política. Ciertamente, pareciera ser que China es el único caso (aunque en los últimos años Vietnam esta siguiendo los mismos pasos). Por ejemplo, todos los países satélites pertenecientes a la ex Unión Soviética han dado un ?salto? hacia el capitalismo con una apertura a los partidos políticos al mismo tiempo. Como Hann lo explica, en la Europa del este las ?privatizaciones y las nuevas políticas electorales han dado un corte decisivo a las estructuras pasadas?7. Por otro lado, el resto de los países que mantienen una economía socialista (como Cuba o Corea del Norte) solo permiten un partido político único (el Partido Comunista). Una vez más, esto refuerza las contradicciones observadas anteriormente, donde vemos a China como único caso de una economía capitalista con un sistema de gobierno de partido único (con la paradoja que es el Partido Comunista que lleva los destinos del país).
¿Puede la economía ?socialista de mercado? ser expandida a otros países? Es muy difícil que este sistema político-económico único sea ?exportado?. Los detractores del sistema explican que a pesar del hecho de que la economía ha mostrado un enorme crecimiento, este crecimiento también ha sido relacionado con su ?falta de desarrollo?. Cualquier país capitalista que: 1) Tiene muy bajos salarios (y como consecuencia un factor muy importante de competitividad internacional) que promueve las exportaciones, 2) que además ha recibido y continua recibiendo un fuerte flujo de inversiones internacionales que modernizan su economía, y 3) que tiene un enorme mercado doméstico que después de décadas de restricción, ahora esta abierto para el consumo y para el ahorro (que puede ser destinado a proyectos privados de inversión); verá su economía crecer a altas tasas por muchos años. Por lo tanto, cualquier economía capitalista puede alcanzar lo que China ha alcanzado bajo estas condiciones.
Agregando otro punto en contrarío a la expansión del sistema Chino, los valores democráticos tienen un fuerte apoyo popular alrededor del mundo (con lo que implica la libertad de expresión, la creación de sindicatos, etc.).Además, la calidad de vida de los ciudadanos Chinos sigue estando todavía muy lejos de los principios abogados por el socialismo: los salarios siguen muy por debajo de los países desarrollados, la brecha entre los ricos y pobres se esta agrandando, y los derechos humanos siguen siendo una materia pendiente.
Como conclusión, la combinación de los factores mencionados muestra que la posibilidad de expansión del modelo Chino hacía otros países es poco probable.
El futuro de China:
En ?Capitalismo y la vida Material 1400-1800? Fernando Braudel realiza una fundamental distinción ?entre capitalismo y economía de mercado; la economía de mercado es gobernada por la competencia, y como resultado, el intercambio bajo sus condiciones es igualitario. Por su parte y en contraposición, el capitalismo crea y utiliza posiciones monopólicas que resaltan las desigualdades en el intercambio. Como consecuencia, el capitalismo es un sistema antimercado que siempre tiende hacía el monopolio?8. Tomando esta definición, pareciera ser que China esta llevando su economía socialista hacía el ?capitalismo? y no hacía una economía de mercado. Los privilegios que mantienen los oficiales del PCC, la concentración de la riqueza, y las diferencias entre regiones y sectores económicos ratifican esta tendencia.
¿China cambiará su posición? La respuesta probablemente sea no. La economía China esta avanzando en un proceso de transformación hacia el capitalismo. Si la transformacióncontinua creciendo de manera desigual y sin un proceso redistributivo, los trabajadores se sentirán defraudados en el mediano o largo plazo. Observarán que las promesas del PCC no son llevadas a cabo, que su calidad de vida no ha sido mejorada, y que una minoría burguesa es la dueña del poder y la riqueza del país. Esta crisis de legitimidad puede destruir al PCC y desestabilizar políticamente al país. Con este tema en la agenda, el gobierno esta tratando de mantener la economía en crecimiento para que el efecto derrame de las ganancias empresarias sea suficiente para mantener la paz social, y con su poder sobre los medios de comunicación, tratar de esconder de la mayoría de la población las consecuencias negativas de la brecha creciente en los más ricos y los más pobres.
Sin embargo, ¿Que pasaría si de repente, el PCC cree que la economía ya esta suficientemente desarrollada y madura como para volver a la tan prometida fase final socialista, re-nacionalizando todas las empresas y re-colectivizando la economía? El PCC tendría probablemente que enfrentar dos grandes dilemas. Internamente, las clases ahora capitalistas no querrán perder todos los beneficios que han ganado desde la reforma. Aunque son la minoría, buscarán apoyo en lobbys y grupos de presión domésticos e internacionales. Los inconvenientes internos son más fáciles de controlar, pero el sector internacional puede traer graves consecuencias geopolíticas. Miles de empresas extranjeras han invertido capitales y tienen intereses en China. Con el apoyo de sus países, cualquier cambio en el status-quo disparará una crisis política internacional. Además, el control total de la economía podría llevar a cambios por fijación estatal de precios de la mayoría de los productos que los otros países importan, trayendo como consecuencia la elevación de los precios en las otras economías. Otro problema que puede surgir es si el gobierno decide realizar una selección de importaciones contrario a las leyes del mercado. Los productores extranjeros que obtienen la mayoría de sus ganancias de las ventas al vasto mercado Chino se verán totalmente perjudicados. Y el cierre de empresas puede provocar un incremento en las tasas de desempleo de los otros países.
En resumen, será muy difícil para China volver a una economía Socialista nuevamente. Hay demasiadas fuerzas nacionales y transnacionales que no permitirán que estas suposiciones se hagan realidad.
Conclusión:
Desde la visión Marxista, una economía en donde existe una clase burguesa que posee el capital y los medios de producción, y trabajadores que poseen solo su fuerza de trabajo y trabajan para ellos, es una economía capitalista. Si el estado tiene mayor control o es más intervencionista, esto no cambia la existencia del sistema. Como resultado, podemos afirmar que la China es una economía capitalista con un poderoso estado intervencionista. El PCC regula la economía recaudando impuestos y redistribuyéndolos; pero también sigue manejando la mayor parte de la economía a través de las todavía enormes empresas estatales y el firme planeamiento macroeconómico.
Pero por otro lado, podemos mencionar que en un sentido, el gobierno también promueve políticas neoliberales. ¿A que nos referimos? Como explica Wang, ?el neoliberalismo solo se desarrolla en un sentido ?siendo solo una cuestión de crecimiento económico-, sin atender la conexión entre este crecimiento y las libertades políticas y beneficios sociales.?9. Y en este sentido y a pesar del fuerte crecimiento económico, el gobierno Chino no está tomando en cuenta el rol democrático, la diversidad, y el desarrollo de la sociedad. El foco actual no se centra en el desarrollo propiamente dicho. Como consecuencia, el ?modo de vida socialista? que el gobierno fomenta en el día a día es una ilusión.
Como conclusión, probablemente la respuesta más adecuada para el bienestar del pueblo Chino sería poder alcanzar un proceso democrático, con una educación pluralista que les permita llegar a la verdad. Si la ciudadanía entiende lo que ocurre, ellos podrán elegir a través de la vía democrática si prefieren vivir en una economía capitalista o una socialista. Pero cualquiera sea la elección, lo que es seguro es que si eligen vivir en una economía capitalista, será una en la cual el estado preserve la libre competencia, la igualdad social y una activa regulación de la economía; si en cambio la elección es un sistema socialista, esperarán un estado que maneje la economía de manera eficiente, permita la libertad de expresión y provea una digna calidad de vida para todos los ciudadanos.
Por el momento, solo podemos decir que es muy difícil para los ciudadanos reconocer en que sistema se encuentran. La mejor respuesta podría ser un sistema único, creado por los miembros de un partido que intentan de todas las maneras posibles mantener su poder y legitimidad.
Referencias:
1 Saich Tony, ?Governance and Politics of China?, Palgrave MacMillan (New York, 2004), p. 278.
2, Hann, C.M., Postsocialism: Ideals, ideologies and practices in Eurasia, Routledge (2002), p.218.
3 Wang, H., China?s new order: Society, Politics, and Economy in Transition, (Harvard University Press 2003), p.44.
4 Ibid., p.171.
5 Hann, C.M., Postsocialism: Ideals, ideologies and practices in Eurasia, Routledge, (2002), p.221.
6 Ibid., pp.229-230.
7Ibid,. p.15.
8 Wang, H., China?s new order: Society, Politics, and Economy in Transition, (Harvard University Press 2003), p.122.
9 Ibid., p.104.
Bibliografía:
All in Schell and Shambaugh (eds.), The Chinese Reader: The reform era, Vintage Books (New York, 1999), pp. 448-487.
Clinton, Bill, ?Expanding trade, Projecting Values: Why I will fight to make China?s trade Status permanent?, The New Democrat, Jan/Feb 2000 (sourced from US Dept of State Website).
Lieberthal, Kenneth, Governing China: From Revolution trough reform, W.W.Noton (New York, 1995).
Perry Link, Richard P. Madsen, and Paul G. Pickowicz(eds.), Popular China : unofficial culture in a globalizing society,Rowman & Littlefield Publishers, c2002.
Saich Tony, ?Governance and Politics of China?, Palgrave MacMillan (New York, 2004).
Shambaugh, D., Is China Unstable: Assessing the factors, An East Gate Book, (2000).
Steinfeld, Edward, Forging Reform in China: The fate of State-owned industry, (Cambridge University Press, 1998).
Upchurch, Martin, The state and ‘globalization’ : comparative studies of labour and capital in national economies,London : Mansell, 1999.
Wang, H., China?s new order: Society, Politics, and Economy in Transition, (Harvard University Press 2003).
Zheng, Yongnian, Globalization and State transformation in China, (Cambridge University Press, 2004).