Brasil y su forma de construir poder

Publicado en el diario BAE, 13 de Enero de 2009.

Autor: Pablo Kornblum

Mientras las tropas israelíes y los milicianos de Hamas continúan batallando en las calles de Gaza, los datos oficiales ya muestran números escalofriantes: Desde el inicio de la ofensiva, ya hay más de 900 palestinos muertos y 3600 heridos, entre los que se encuentran 275 niños fallecidos a causa de los bombardeos y los combates en las ciudades. Del lado israelí suman 13 víctimas fatales, entre los que se encuentran diez soldados y tres civiles.

Ahora bien, mientras Medio Oriente arde en el fragor de la batalla, ¿Cuál es la postura de los países más importantes de nuestra región?
La realidad nos muestra diferentes visiones según sus características y el contexto coyuntural en el que se desenvuelven actualmente. En sus actitudes podemos observar cual es su relevancia en la escena internacional, como así también dilucidar las perspectivas y el foco de las políticas de cada uno de ellos.

Empezando por el gigante del norte, Méjico observa de reojo y actúa evaluando las consecuencias diplomáticas en su relación bilateral con los Estados Unidos. Si además le sumamos la crisis financiera internacional trasladada a su ámbito local, las profundas consecuencias sufridas por su vecino anglosajón delimitarán sus intereses y su incumbencia en la geopolítica mundial.

Más cercano a nuestro país, Venezuela fijó claramente su posición de líder “radicalizado”. Antinorteamericano y por transitividad, antiisraelí, las atrocidades de la invasión han fortalecido su posición tan cuestionada a nivel mundial. Según un comunicado del Gobierno de Venezuela, Israel ha realizado una «flagrante violación del Derecho Internacional», como así también una «utilización planificada del terrorismo de Estado». Y aunque el rechazo a las acciones militares y la expulsión del embajador Israelí de Caracas nos muestran el claro norte del gobierno del presidente Chávez, la pasividad y conflictividad de las palabras no conllevan ningún tipo implicancias a nivel diplomático para la resolución del conflicto.

Finalmente, tenemos en Brasil al otro actor de importancia en América Latina. A diferencia de Venezuela, una actitud proactiva y constructiva derivó en un involucramiento sin precedentes con los más importantes decisores en el conflicto. Su posición mesurada pero a la vez crítica del accionar de ambos bandos (el gobierno brasileño se manifestó «consternado» por el lanzamiento de cohetes contra el sur de Israel por parte del grupo radical islámico Hamas, pero también consideró «deplorable» la «reacción desproporcionada» de Israel), es a su vez el pensamiento que prima en el escenario internacional y que cuenta con el apoyo de la mayor parte del mundo democrático.

«Lo que está probado es que la ONU no tiene coraje para tomar una decisión y poner paz en la franja de Gaza. Y no tiene coraje porque Estados Unidos tiene el poder de veto en el Consejo de Seguridad, por lo tanto, las cosas no suceden», dijo el mandatario brasileño Lula da Silva unos días atrás.
Estas declaraciones reflejan un Brasil que desea convertirse en la voz protagónica de la cordura y la racionalidad; en contraposición de una ONU inmóvil, sensible y temerosa. Lo que podemos afirmar es que Brasilia tiene bien en claro que, el involucrarse de manera directa y profunda sobre las raíces del conflicto, puede ser la llave que lo catapulte definitivamente como uno de los Estados fundamentales en la arena global del futuro.