Entrevista a Pablo Kornblum del portal El Intransigente, el 23 de Enero de 2018
Según un experto consultado por El Intransigente, los moscovitas necesitan previsibilidad y ciertos privilegios para poner capital en el país
Atraer inversiones y mostrarse ante el mundo. Esa es la consigna que repite una y otra vez el presidente Mauricio Macri y su gabinete cada vez que se presenta la oportunidad de una gira internacional. El desembarco en Rusia no será la excepción pero ¿Puede nuestro país sacar realmente provecho del encuentro o todo se quedará en promesas? Según el doctor en Relaciones Internacionales, Pablo Kornblum, hay posibilidades de inversión y de mercado pero para ello la Argentina debe mostrar seriedad, propuestas concretas e incluso prioridad de estos capitales.
Según Kornblum, Argentina no representa para Rusia un aliado en materia de política exterior, «no le ayuda a jugar políticamente», sin embargo «el comercio se puede ir incrementando y lo que se buscará es que se invierta en el país. Pero hay que ser serios, los rusos son muy poco vuelteros y hacen lo que dicen«, explicó el experto en diálogo con El Intransigente.
«El cambio de gobierno en Argentina en Diciembre de 2015, generó un cambio en la política exterior del país. Durante el mandato de Cristina Fernández se había generado una relación bilateral que tenía en cuenta elementos de tinte más estratégico (acuerdos de cooperación científica, tecnológica, capacitación de personal, etc.) que económico-comerciales; mientras que el actual gobierno busca negociar principalmente un mayor acceso a mercados en Rusia para los productos argentinos«, señaló Kornblum. En esa línea, Rusia también apuesta a un proceso de diversificación fuera de sus mercados más cercanos que puede beneficiarnos. Sin embargo, una complicación que puede surgir es la disputa o competencia para tener prioridad o privilegios sobre otros mercados como el chino, que en nuestro país es esencial.
El modelo de negocios ruso de inversión es similar al chino: «Es ‘all inclusive’ de capital financiero, físico (equipamiento) y humano que permite eliminar competidores y generar compartimentos estancos de poca interrelación inter-estatal ‘winner takes all’ (el ganador se queda con todo». Un caso práctico se encuentra en en la represa hidroeléctrica Chihuido I en la provincia de Neuquén, con financiamiento ruso, que ahora está en stand by.
Lo que Argentina puede aportar al mercado, y es una rol que viene desde hace décadas, es materia prima (el «granero del mundo»). Aunque es necesario sumar valor agregado ya que la competencia en todo el Mercosur es notable. Sin ir más lejos, Brasil representa el 50% de las importaciones rusas de carne, dato que aporta Kornblum. Sin embargo, la relación actual no es del todo despreciable («aunque no de envergadura»), conforme a lo que explicó el experto: durante el primer semestre de 2017, le exportamos a Rusia principalmente frutas y semillas (30% del total) por un valor de 102,1 millones de dólares y luego carnes (20%) que significaron 66,3 millones de dólares.