Análisis del Estudio Preliminar para la Estimación del Potencial Económico del Océano en Argentina

Por Pablo Kornblum

Argentina posee más de 5.000 kilómetros de costa sobre su territorio continental y nuestro mar se extiende en una superficie equivalente casi al 50% de su territorio continental, lo que refleja el importante potencial para su conservación y aprovechamiento económico. Cabe destacar que el sustento de las estimaciones del estudio se realizó sobre la base del desempeño pasado reciente, la cual fue validada con informantes clave cuando fue posible.

Según el trabajo, el impacto de la economía oceánica en la generación de divisas podría ser determinante para superar la histórica restricción externa argentina, así como también para apuntalar en materia científica y tecnológica otros sectores de la industria nacional, tales como la industria naval, la producción de bienes de capital y un amplio abanico de tecnologías vinculadas a la explotación de hidrocarburos, energía oceánica, acuicultura, la industria farmacéutica y la de biocombustibles.

Como complemento, sería fundamental que el Estado garantice a través de regulaciones y normativas la sostenibilidad ambiental del océano para que las actividades prospectadas puedan desarrollarse sin afectar el valor social y ambiental del océano y sin disminuir el potencial económico de otros sectores. El estudio efectuado consideró este supuesto de conservación y sustentabilidad ambiental para el cálculo económico.

En este sentido, se podrían generar impactos muy significativos en materia de desarrollo local y regional en las ciudades de la Costa Atlántica Bonaerense y Patagónica. Por ejemplo, en una primera etapa podría generar su propio abastecimiento de energía eléctrica a través de la energía mareomotriz e incluso abastecer parcialmente el resto del país, ampliar las reservas de hidrocarburos reduciendo la dependencia de importaciones de energía o desarrollar su potencial en materia de acuicultura que permitiría la exportación de salmón y mejillones con un impacto significativo en la generación de empleos locales.

Además, el crecimiento del turismo podría favorecer las corrientes migratorias de trabajadores calificados desde los grandes centros urbanos hacia ciudades más pequeñas con un importante impacto en el desarrollo local, así como otras actividades de alta calificación técnica que deban ser desarrolladas en forma cercana a los sitios productivos.

El análisis arrojó un potencial económico de estos sectores relacionados para los próximos 20 años de 216 mil millones de dólares de ingresos, 170 mil nuevos empleos y un flujo de divisas por 160 mil millones de dólares en el escenario más conservador.

Cabe destacar que no se incluyo el efecto multiplicador que tienen estas actividades sobre el resto del conjunto de sectores de la economía (empleo indirecto creado, desarrollos científico-tecnológicos que podrían comercializarse a partir de la demanda de las industrias vinculadas al mar, etc.).

Por otro lado, la gran mayoría de las industrias requieren actividades de exploración de los recursos y se encuentran sujetas al desarrollo de marcos regulatorios, realización de inversiones y en algunos casos dependen también de la formación de recursos humanos especializados aún no disponibles. Por lo tanto, una porción importante de estas actividades podría comenzar a ser explotada comercialmente en un período no inferior a los 5 años y una amplia mayoría en períodos superiores a los 10 años.

A continuación se describe brevemente el escenario situacional de las principales áreas de producción que desarrolla el informe:

HIDROCARBUROS:

Las cuencas marinas de Argentina tienen un área de 1.227.568 km2 y prácticamente la tercera parte se encuentra a menos de los 200 metros de profundidad del Mar Argentino. Argentina cuenta con 11 cuencas que han sido exploradas en mayor o menor medida en diferentes momentos históricos y con resultados diversos. En la actualidad, prácticamente todas las cuencas marinas de hidrocarburos se encuentran improductivas, con excepción de la Cuenca Austral, principalmente gasífera (al producir su offshore el 15% del gas natural del país). Las tres cuencas que rodean las Islas Malvinas y la Cuenca Argentina son las que exceden los 200 metros de profundidad, con una media de 5.000 metros. Las restantes están por debajo del Mar Argentino, a menos de 200 metros de profundidad y han tenido algún grado de exploración.

En las últimas décadas las campañas exploratorias offshore estuvieron dirigidas a cubrir acotadas áreas de la superficie marina argentina, con bajos niveles de inversión y resultados prospectivos dispares e inciertos. La exploración costa afuera se vio limitada ante el marco regulatorio que ha cobijado al sector e insuficientes incentivos económicos para disponerse a avanzar sobre el proceso sustantivo de inversión en tecnología y desarrollo que requiere la actividad, potenciado con la caída de los precios internacionales de los hidrocarburos en 2014.

En 2014 el offshore proveyó el 17,4% de la producción nacional de gas natural y el 2,8% de petróleo, a partir de dos concesiones ubicadas en la Cuenca Austral.

Según el estudio, el offshore en Argentina, especialmente en aguas profundas, tiene el potencial de ser el único remanente en reservorios convencionales con grandes cantidades de petróleo y gas. Sin embargo, hay un muy bajo nivel de conocimiento de su potencial concreto. Sólo una pequeña porción de la plataforma continental argentina fue explorada, habiéndose puesto el foco hasta el momento sobre la Cuenca Austral y la Cuenca del Golfo San Jorge (aunque estos no mostraron ser claramente rentables). La Cuenca Argentina podría albergar entre 300 y 400 millones de barriles, donde se destacan los testeos realizados en algunas cuencas como en el Salado, Valdéz y Colorado, serían condenatorios sobre la existencia de hidrocarburos.

ENERGÍA OCEÁNICA

Tres grandes fuentes de generación de electricidad existen en Argentina, distribuyéndose en 2014 del siguiente modo: Térmico Fósil (64,8%), Nuclear (4,3%) e Hidráulico (30,4%) de acuerdo a datos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). En Argentina la energía hidroeléctrica sólo es originada en centrales establecidas sobre cauces de ríos (siendo los principales, Paraná, Uruguay, Limay, Tercero, Futaleufú, Neuquén), sin generación provista por el Mar Argentino hasta el momento.

El Mar Argentino presenta excelentes oportunidades para el desarrollo de las energías renovables que contribuirían, además de reducir la emisión de gases invernadero, a motorizar el crecimiento económico a través de la innovación y la creación de nuevos empleos de elevada calificación. El informe analizó el potencial de desarrollo de proyectos de inversión en energía marina –especialmente mareomotriz y undimotriz–, estimándose el potencial de contribución al sistema eléctrico nacional y la creación de eslabonamientos hacia atrás y adelante al interior de su cadena de valor. Además podrían surgir ahorros en una primera etapa de una disminución en la importación de gas y luego petróleo.
Bajo la configuración tecnológica y productiva actual, la industria deberá tener el apoyo del Estado en los próximos años para poder operar con precios competitivos, ya sea a través de subsidios para la investigación y el desarrollo de equipamiento, como así también a través de mejoras tecnológicas que disminuyan la brecha de costo respecto a otras fuentes de energía – o mismo precios subsidiados para los oferentes -.

Cómo se observa a continuación, el potencial económico de la energía mareomotriz va desde los 450 millones de dólares en la próxima década a los 28 mil millones de dólares en el largo plazo. El desarrollo tecnológico futuro tendrá un impacto considerable en la velocidad con la cual esta industria podría crecer, tanto las que permitan disminuir el costo de la generación como aquellas que reduzcan la inversión inicial.

INDUSTRIA PESQUERA

En los últimos años, la industria pesquera retornó a niveles de captura sustentables; sin embargo, se estima que la capacidad de crecimiento de la pesca es baja. La baja diversidad de especies comerciales se refleja en que tan sólo 3 productos – merluza hubbsi, langostino y calamar ilex – representan el 80% de las capturas y del valor económico generado por el sector pesquero.

Por otro lado, no se verifican relaciones fuertes entre los precios y las cantidades capturadas. Especialmente en el caso de la merluza, la oferta de pescado obedece más a razones de cantidad de barcos y empresas operando en la captura que a las condiciones de mercado imperantes.

El potencial económico de la industria pesquera parte de estimaciones conservadoras tanto de precios y cantidades capturadas, como también del valor agregado que actualmente genera la industria que podría incrementarse en los próximos años, generando aún más valor. En resumen, la pesca podría generar al menos 34 mil millones de dólares de valor económico (25 mil millones de generación de divisas) en los próximos 20 años.

ACUICULTURA MARINA

En Argentina la acuicultura es una actividad de reciente data si se exceptúa la producción artesanal de trucha. La actividad comercial semi-industrial comenzó a crecer en la década del noventa, siendo su crecimiento firme aunque no acelerado.

En nuestro país existen distintas áreas, tanto para el desarrollo de la acuicultura de aguas dulces como de mar. En estas últimas básicamente se inscribe la denominada cuenca templada o templada fría, con aguas de calidad y sitios determinados con potencial para emprendimientos de diferentes tipos, especialmente para cultivos de peces como lenguados, besugo, lisa, camarón rosado, y otras potenciales especies marinas; sumado a salmones y truchas en fase marina, así como algas marinas y otras especies de carácter exótico apreciadas y de alto valor comercial en mercados de consumo y en algunos casos de valor deportivo.

Según el informe, existen algunas limitaciones estructurales. Por un lado, plantea que las mareas de Argentina no son las que tienen Brasil o Chile, lo que complejiza la tecnología de cultivo, particularmente en lo que es acuicultura costera. Además, la tecnología de acuicultura con jaulas sencillas con armazón y bolsa no sería factible de ser utilizada. Por otro lado, la Argentina tiene costos de insumos (alimento balanceado) y de mano de obra elevados en comparación con otros países; ello dificulta el surgimiento de proyectos, en particular, aquellos de escaso volumen productivo. Más aún, todavía no existe la infraestructura necesaria para su aprovechamiento comercial.

Sin embargo, el desarrollo de la acuicultura multitrófica integrada (IMTA, por sus siglas en inglés) – práctica que permite utilizar los residuos de una especie en fertilizante para el desarrollo de otras en el ámbito de una misma “jaula” o “granja marina” – presenta un potencial muy grande debido a que disminuye los costos de transporte y de los insumos para la producción. En este sentido, Argentina lidera el ranking de países con más superficie para la IMTA de Salmón Atlántico y Mejillones, con casi 6.000 kilómetros cuadrados de extensión.

El potencial económico de la acuicultura marina va desde el 12% a más del 100% del PBI Argentina de 2014 basado fuertemente en desarrollos offshore. Si bien requiere la inversión en infraestructura y el testeo de cultivos piloto, la actividad podría tener lugar en un horizonte de tiempo no muy lejano, con un trascendente impacto sobre el PBI, el empleo y la generación de divisas.

TURISMO

La actividad turística vinculada al océano se puede subdividir geográficamente en diversas subregiones: la Costa Atlántica bonaerense, caracterizado por la masiva concurrencia de residentes argentinos, la Costa Atlántica (Patagonia Norte y Sur) y la Cordillera Patagonia Sur, que en oposición adquiere un atractivo muy importante para los extranjeros, favoreciendo el ingreso de divisas a nuestro país.

Aún cuando la Costa Patagónica recibe menos visitas que otros puntos de la Patagonia cordillerana y representa tan sólo el 2,3% del gasto turístico, los turistas que la visitan registran mayor cantidad de pernoctaciones (6,6) que en todo el resto de las regiones del país (promedio de 5,7 noches) con excepción de la Costa bonaerense (7,5 noches). En términos generales, la Costa Atlántica constituye uno de los activos más importante para el turismo nacional siendo el principal destino de los turistas residentes y representando el 23,3% de los ingresos generados por turismo en nuestro país.

Probablemente, algunos vectores de actividades turísticas podrían favorecer un mayor flujo y tiempo de estancia de los turistas en estos destinos: a) mayor oferta y difusión de actividades turísticas vinculadas al turismo de fauna marina y costera (ballenas, pingüinos, lobos marinos); b) mayor oferta de cruceros y de integración de distintos puntos de interés turístico conectados por barco y/o tierra en paquetes turísticos, dado la extensión geográfica de diferentes puntos de interés que conforman un núcleo de actividades vinculadas; y c) un incremento en la oferta de servicios turísticos complementarios tales como transporte, esparcimiento y recreación en alojamientos, gastronomía, etc.

El potencial económico del escenario estimado fue basado en lo que la inercia del crecimiento económico mundial y local generará en los próximos años. A los fines de refinar este número, sería importante estimar aquellas áreas de actividad y sectores de potencial de crecimiento mayor al del PBI interno y global con el propósito de realizar estimaciones más precisas y desarrollar qué políticas públicas – publicidad, inversión en infraestructura, desarrollo de marca país, desarrollo de corredores turísticos, etc. – podrían estimular una mayor participación del turismo en el PBI argentino.

MINERALES MARINOS
La minería oceánica en la Argentina no se encuentra desarrollada y se desconocen antecedentes de explotación económica a lo largo de la historia.

Según el informe, una primera etapa para la puesta en marcha de la exploración minera marina parecería ser la prospectiva de recursos de manganeso en la plataforma continental argentina. Una segunda etapa de la prospectiva podría concentrarse en otras zonas donde se presume la existencia de nódulos de manganeso. En este sentido, existe una zona con alta potencialidad de este recurso en un triangulo que abarca áreas de Argentina, Brasil y Uruguay a alta profundidad, fuera de la plataforma continental, que abarca una superficie mayor a nuestro territorio continental.

El potencial económico de los minerales marinos parece prometedor toda vez que la escasez de ciertos minerales raros en el continente conlleve a su exploración marina. La disponibilidad de ciertos minerales, además, podría ser estratégica para el desarrollo de ciertas industrias de alta tecnología que, de no contar con estos recursos no serían factibles de desarrollarse en el país (especialmente debido al alto costo derivado de la concentración de los mismos en pocos productores a nivel global).

Cabe destacar que el informe sugiere la realización de un estudio prospectivo específico del sector de las algas y las micro-algas, que permita una cuantificación más precisa de su potencial económico. Su importancia reside en desarrollar el vector para la producción de biocombustibles de tercera generación (se podrían generar 20 mil litros anuales de biodiesel por hectárea de cultivo de algas). Sin embargo, en la comparación con otras fuentes de producción de biodiesel, se destacaba su inviabilidad económica, baja disponibilidad y el bajo desarrollo tecnológico para su explotación productiva que existe en nuestro país.

INDUSTRIA NAVAL

Las posibilidades de la industria naval a futuro son positivas en virtud de su trayectoria previa (un valor agregado para la economía de 110 millones de dólares anuales promedio en el último quinquenio), si se incluye la capacidad de desarrollar nuevos buques de investigación, barcos para la industria pesquera e incluso para la industria naval liviana, vinculada a la actividad recreativa y a embarcaciones de apoyo.

Por otro lado, el grado de integración del sector oscila por embarcación, pero puede alcanzar a más del 50% del valor bruto de producción, lo que muestra un gran potencial para el desarrollo de la industria nacional a través de proveedores especializados.

En cuanto a la infraestructura portuaria y logística, según el informe la misma sería fundamental para dar sustento a las actividades vinculadas al océano. Su desarrollo dependerá de la conducta de la inversión pública, más allá de que algunas iniciativas privadas también podrían propender a favorecerlo. Para citar un ejemplo, el informe muestra un relevamiento de obras necesarias para mantener y mejorar el déficit de infraestructura portuaria y logística vigente en los puertos de la Provincia de Buenos Aires, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Finalmente, el potencial económico de la industria naval y la infraestructura logística podría convertirse en uno de los sectores clave para la sustitución de importaciones y el favorecimiento del desarrollo de producción nacional. Las diversas actividades vinculadas al océano constituyen ejes de demanda crítica de embarcaciones y de infraestructura logística portuaria que deberán ser considerados al desarrollar los planes estratégicos de cada una de las actividades y su posibilidad de ser abastecidas por desarrollos nacionales.

Para concluir, a continuación se observan, según el estudio, el potencial económico en el mediano y largo plazo que tendría cada una de las actividades vinculadas al océano que han sido descriptas.

Apreciaciones:
1) El análisis tiene una característica de potencial: por lo tanto, depende fuertemente de las políticas económicas a realizar y una serie de variables dinámicas que se podrían concatenar virtuosamente a futuro.
2) Si además se le adiciona la generación de efectos indirectos potenciales – que implica la necesidad de realizar más políticas pro-positivas para potenciar los efectos positivos -, la incertidumbre es aún mayor.
3) Para mejorar la prospectiva se requiere mejorar el mapa de recursos en el océano y su factibilidad tecnológica de explotación, el costo de las inversiones a realizar, el período de retorno de la inversión y su tasa interna de retorno, la viabilidad económica de la explotación de los recursos en base a diferentes escenarios tecnológicos y de precios, el impacto indirecto de la actividad en otros eslabones productivos nacionales en términos de nivel de actividad, empleo y transferencia de tecnología e innovación, entre otros.

4) Más allá de lo expuesto, el potencial desarrollado en el estudio, en mayor o menor medida, puede darle claramente un salto cualitativo y cuantitativo a la economía argentina.